De forma genérica se pueden establecer las características
del Renacimiento en:
· * La vuelta a la Antigüedad. Resurgirán tanto las
antiguas formas arquitectónicas, como el orden clásico, la utilización de
motivos formales y plásticos antiguos, la incorporación de antiguas creencias,
los temas de mitología, de historia, así como la adopción de antiguos elementos
simbólicos. Con ello el objetivo no va a ser una copia servil, sino la
penetración y el conocimiento de las leyes que sustentan el arte clásico.
· * Surgimiento de una nueva relación con la
Naturaleza, que va unida a una concepción ideal y realista de la ciencia. La
matemática se va a convertir en la principal ayuda de un arte que se preocupa
incesantemente en fundamentar racionalmente su ideal de belleza. La aspiración
de acceder a la verdad de la Naturaleza, como en la Antigüedad, no se orienta
hacía el conocimiento de fenómeno casual, sino hacía la penetración de la idea.
· * El Renacimiento hace al hombre medida de
todas las cosas. Presupone en el artista una formación científica, que le hace
liberarse de actitudes medievales y elevarse al más alto rango social.
Los supuestos históricos que permitieron desarrollar el nuevo
movimiento se remontan al siglo XIV cuando, con el Humanismo, progresa un
ideal individualista de la cultura y un profundo interés por la literatura
clásica, que acabaría dirigiendo la atención sobre los restos monumentales y
las obras literarias y tratados clásicos.
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