El Rococó es un movimiento artístico nacido
en Francia, que se desarrolla de forma progresiva entre los años 1730 y 1760
aproximadamente.
El Rococó es definido como un arte individualista,
antiformalista y cortesano. Se caracteriza por el gusto por los colores
luminosos, suaves y claros. Predominan las formas inspiradas en la naturaleza,
la mitología, la representación de los cuerpos desnudos, el arte
oriental y especialmente los temas galantes y amorosos. Es un arte
básicamente mundano, sin influencias religiosas, que trata temas de la vida
diaria y las relaciones humanas, un estilo que busca reflejar lo que es
agradable, refinado, exótico y sensual.
El término «rococó» fue inventado en torno al año 1797 como
una broma por Pierre-Maurice Quays, alumno de Jacques-Louis David.
Supuestamente se trataría de una asociación de las palabras francesas
"rocaille" y "baroque" (barroco), la primera de las cuales
designa una ornamentación que imita piedras naturales y ciertas formas curvadas
de conchas de moluscos. El término rococó tuvo durante mucho tiempo un
sentido peyorativo, antes de ser aceptado a mediados del siglo XIX como un
término propio de la historia del arte.
Durante el reinado de Luis XV, la vida de la corte se
desarrolla en el palacio de Versalles, extendiendo el cambio artístico del
palacio real y permitiendo su difusión a toda la alta sociedad francesa. La
delicadeza y la alegría de los motivos rococó han sido vistas a menudo como una
reacción a los excesos del régimen de Luis XIV.
Si lo Barroco estaba al servicio del poder
absolutista, el Rococó está al servicio de la aristocracia y la burguesía.
El artista pasa a trabajar con más libertad y se expande el mercado del
arte. El Rococó se presenta como un arte al servicio de la comodidad, el lujo y
la fiesta. Las escenas de su pintura recogen este nuevo estilo de vida. Con
respecto a la vertiente social, se inicia un cambio en el papel de la mujer,
que se convierte en organizadora de reuniones para hablar de literatura,
política, juegos de ingenio o para bailar. Este entorno de alta actividad
social dentro de la alta burguesía es el lugar adecuado para que los artistas
se promocionen y hagan clientes. Los motivos del Rococó buscan reproducir el
sentimiento típico de la vida aristocrática, libre de preocupaciones, o de
novela ligera, más que batallas heroicas o figuras religiosas.
La década de 1730 fue el periodo de mayor vitalidad y
desarrollo del Rococó en Francia. El estilo se inició en la arquitectura y
llegó al mobiliario, la escultura y la pintura (entre los trabajos más
significativos, encontramos los de los artistas Jean-Antoine Watteau y François
Boucher). El estilo rococó se difunde sobre todo gracias a los artistas
franceses y a las publicaciones de la época.
Fue rápidamente acogido en la zona católica de Alemania, Bohemia y Austria,
donde se fusiona con el Barroco germánico. En particular al sur, el Rococó
germánico fue aplicado con entusiasmo en la construcción de casas y palacios;
los arquitectos a menudo adornan los interiores con «nubes» de estuco blanco.
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